Conversaciones Clínicas I

Boletín #20

Con este boletín 20 finalizamos el recorrido que iniciamos en mayo para prepararnos para la I Conversación Clínica de la NEL.

Hemos extraído unos párrafos del libro Lecturas de la página en blanco. La letra y el objeto de Miquel Bassols quien responde a una entrevista que le hiciéramos sobre la página en blanco.

Y Clara María Holguin tiene a su cargo el cierre del boletín ubicando a la Conversación alrededor de un vacío.

Agradecemos a todos los que contribuyeron con sus textos y animaron el boletín; al final hallarán la lista de los que participaron.

Nos despedimos aquí para encontrarnos en breve en la Conversación.

María Hortensia Cárdenas

Ana Viganó

 

“¿Cómo operar con este extraño objeto que hemos visto construirse a través de las lenguas como un artificio del lenguaje, un artificio de efectos tan reales que causa la división más íntima del sujeto en el deseo, en el goce y en el amor? Extraer de la experiencia de un saber hacer con él no es la menor de las consecuencias del psicoanálisis. El único medio del que disponemos para formar y transmitir el saber hacer con este objeto es la experiencia de la palabra llevada hasta cierto límite en los efectos de su poder, ya sea en el propio psicoanálisis, en lo que Lacan inventó para su Escuela con la experiencia del pase, o también en lo que conocemos como la experiencia de la Conversación.

Jacques Alain Miller ha impulsado en el movimiento psicoanalítico y en lo que llamamos “la política del síntoma” una conversación de este orden que atraviesa lenguas y países diferentes. En ella, no ha sido colateral la lectura de este objeto singular que es la página en blanco.”

Tomado de Lecturas de la página en blanco. La letra y el objeto. Miquel Bassols.

 

Letras en línea pregunta a Miquel Bassols

— ¿Cómo es que la página en blanco hace de operador en la experiencia de la Conversación?

Deberíamos precisar en primer lugar la singularidad de la experiencia de la Conversación tal como Jacques-Alain Miller la introdujo en nuestro campo, como una disciplina de trabajo colectivo del que se espera la producción de un saber, más o menos inédito. Generalmente, una conversación se mantiene entre pocos y, cuando tiene éxito, permite salir de la simple suma de monólogos en la que consiste habitualmente la comunicación llamada humana.

Cuando eso sucede entre dos, es ya todo un éxito, cada uno puede atrapar entonces algo del discurso del otro más allá del malentendido estructural inherente a cualquier diálogo, algo que tiene un efecto de revelación. Producir este efecto con una asistencia de doscientas, trescientas, mil personas, es algo bastante inédito y no tiene nada que ver con lo que suele suceder en los Congresos científicos. En ocasión de una Conversación Clínica en Barcelona, Jacques-Alain Miller pudo definirla como “una suerte de asociación libre [que] puede ser colectivizada en la medida en que no somos dueños de los significantes”. No se trata de producir una enunciación colectiva en la que supuestamente todos llegarían a una misma comprensión común. Más bien suele ocurrir lo contrario: se pasa por momentos de incomprensión, incluso de extrañeza, para hacer aparecer finalmente la chispa que enciende para cada uno la llama de una invención de saber. Aparecen así perspectivas inéditas, nunca preparadas de antemano, fruto de esta asociación libre colectivizada.

Pues bien, fue precisamente en una de estas Conversaciones, sucedida en 1997 y conocida como Conversación de Arcachon, donde a partir del comentario de una serie de casos clínicos apareció la función eminente de la página en blanco como aquello que no cesa de no escribirse, fórmula que intenta atrapar el famoso axioma lacaniano “no hay relación sexual”. J.-A. Miller distinguía así “la negación de una proposición escrita, de la no escritura de esta proposición”. Es distinto negar una proposición ya escrita que apuntar a aquello que no cesa de no escribirse en toda proposición. Para mostrar lo que intenta escribir la fórmula lacaniana “no hay relación sexual”, J.-A. Miller no encontró entonces mejor forma que mostrar una página en blanco, tal cual. Esa página en blanco, fruto de una paciente y fecunda elaboración colectiva, es lo que está finalmente como causa de toda Conversación que se precie. Dicho de otra manera: toda verdadera Conversación hace aparecer para cada uno aquello que no cesa de no escribirse en ella, lo más real en realidad, como el lugar más propicio para una invención de saber no programada. Es algo realmente inédito, dicho sea literalmente.

— ¿Qué consecuencias puede tener para la Conversación anudar la política del síntoma con la página en blanco?

Cuando se trata de lo que llamamos una Conversación Clínica, la primera consecuencia es hacer aparecer en cada caso la singularidad de un síntoma llevada hasta su último grado, mostrar aquello que hace que un síntoma sea absolutamente incomparable a otro. Es una enseñanza clínica de lo que la última enseñanza de Lacan abordó con el término de sinthome, es decir, la reducción del síntoma a su mayor singularidad, una singularidad elevada a su última potencia. Lo que encontramos entonces, lejos de una descripción transparente del sentido de ese síntoma, es su opacidad de goce, su función de “satisfacción substitutiva”, si tomamos la expresión freudiana. Sólo que allí el síntoma no es ya substitución de nada, ha dejado de tener la función metafórica que había podido motivar toda suerte de interpretaciones.

De una página en blanco podemos decir, en efecto, que es algo imposible de interpretar, pero también que ha sido la causa de todas las interpretaciones posibles. Si dediqué todo un libro, y algo más, a este tema fue para mostrar las interpretaciones que una serie de autores habían podido hacer de esta famosa página en blanco: desde el propio Freud en su sueño inaugural de “La inyección de Irma”, hasta el precioso cuento de Isak Dinesen que lleva su título, pasando también por mi propio caso. Es una suerte de Conversación con la escritura de aquello que no cesa de no escribirse en cada uno. Pero es también un modo de abordar lo más real del síntoma, lo más singular, como la brújula principal para una política del psicoanálisis. De hecho, encontramos ya esta política en la primera idea freudiana de poner en suspenso el saber previo obtenido en casos anteriores al abordar un caso nuevo. Era también un modo de poner a la página en blanco del saber del analista como agente de su discurso. Una posición así, cercana como señaló Lacan a la “docta ignorancia” de Nicolás de Cusa, es la que parece más propicia para introducirse en una buena Conversación, ya sea clínica o no.

Miquel Bassols
2 de Agosto de 2015

 

La Conversación: Hablar con otro alrededor de un vacío

El excelente trabajo desarrollado por mis colegas, María Hortensia Cárdenas y Ana Viganó, que dieron vida a la Conversación a través del Boletín Letras en Línea, ofreció una primera aproximación a la idea de lo que es una Conversación así como al tema que nos convoca, “la práctica analítica”.

Durante cinco meses, semana a semana los miembros de la NEL hicieron su aporte constituyendo un excelente material de trabajo, que se complementó con una extensa bibliografía sobre el tema, orientada y recogida por Piedad de Spurrier. A esto se sumó la presencia en la comisión de Cristina González de Garroni, quien interrogó en cada ocasión la puesta en forma del trabajo que dio fruto al tema escogido para la Conversación. Tema que pretende dar a la experiencia del analista y su práctica, su justo lugar en la Escuela.

Ha llegado el momento de hacer un cierre a la serie de Letras en línea y abrir nuestra Conversación, ya no “online”, sino en cuerpo. Encuentro cuerpo a cuerpo que me evoca la reciente experiencia de Conversación realizada en el marco de la III Semana del autismo en Bogotá. Una Conversación que si bien no es estrictamente clínica, puede decirse, es la Conversación en tanto que “práctica analítica”.

¿Qué hace a una experiencia de Conversación un dispositivo propicio para la formación de los analistas? “Cada cual se encuentra en la situación de hablar desde algo real, de hablar con el cuerpo, sin Otro”. [1] Puedo asegurar, y esto lo que extraigo y quiero transmitir, que no se habló refiriéndose a un discurso o como portavoz de éste, lo que aquí se mostró fue como cada uno había sido alcanzado por el no-todo.

La Conversación es “encontrarnos directamente con el otro para hablar alrededor de un vacío y de ese modo favorecer la enunciación”. En la Conversación (con maestros, niños, periodistas, profesionales de la salud, analistas), Lacadée puso en acto un principio fundamental de la dirección de la cura: “el analista actúa como su propio ser”. El analista en su acción “habla a partir de aquello que ha podido extraer de su existencia, es decir, habla a partir de la vida que ha podido extraer de los efectos de la lalengua sobre el cuerpo, eso que es irrepresentable, inasimilable, y sin sentido pero que está en la causa de lo que nos hace hablar.

La mancha negra de Juanito o la mancha blanca de Irma (imágenes sin representación, que son para no leer) dan cuenta de eso que es lo más real, esa página en blanco, que Bassols señala, como causa de toda Conversación. Se trata de eso: “hacer aparecer esa página en blanco, como el lugar más propicio para una invención de saber no programada”. [3] Sin saber, se arriba a un saber.

Es por ello que tendremos que cuidarnos de comprender demasiado rápido, para oír (“entendre”) la relación que cada uno tiene con su propio significante y poder escuchar(se) los significantes primordiales de la relación con el Otro. Para esto será necesario, como bien se mostró, no ocupar la posición de saber sino de vacío, posición de agujero para que cada uno encuentre su lengua. Una Conversación no es la lectura de un texto o la repetición de conceptos, sino la posibilidad de un encuentro donde se buscará la mejor “manera de decir”, de crear una lengua viviente.

Nuestra apuesta, durante esta Conversación o cualquier otra, será poner en acto la acción fundamental del psicoanálisis, hablar; encontrar el gusto por la palabra y hacerla viva. Quizá de ese modo, la palabra encuentre su destinatario.

Muchas gracias a todos y ¡¡¡hasta São Paulo!!!

Clara María Holguin

NOTAS

  1. Indart, J. C., Cuaderno N°7 del CIEN “Me incluyo desde afuera”, Buenos Aires, 2014.
  2. Lacadée, Ph., III Semana del autismo en Bogotá.
  3. Cf. Bassols, M., en este boletín.

 

Un especial reconocimiento a los que contribuyeron con sus textos y animaron el boletín Letras en línea

Clara María Holguin
José Fernando Velásquez
María Hortensia Cárdenas
Lizbeth Ahumada Yanet
Mónica Febres Cordero
Juan Fernando Pérez
Alicia Arenas
Gabriela Urriolagoitia
Susana Dicker
Juan Javier Peláez
Raquel Cors
Fernando Gómez Smith
María Elena Lora
Viviana Berger
Julieta Ravard
Ana Viganó
Alba Alfaro
Noemí Cinader
Ángel Sanabria
Luis Tudanca
María Eugenia Cardona
Mayra de Hanze
María Cristina Giraldo
Gustavo Zapata
Angela Fischer
Gloria González
Cristina González de Garroni
Piedad Ortega de Spurrier
Luz Elena Gaviria
Miquel Bassols

Agradecemos a Miguel Lopera, asociado a la NEL-Medellín, quien generosamente compartió con nosotros su archivo de fotografías.

 

Responsables del Boletín Letras en línea:
María Hortensia Cárdenas
Ana Viganó

 

Primeras Jornadas de la NEL en Lima – 2001