En el Seminario 11 Lacan se pregunta por la formación del analista e indica directamente el punto central que pone en tela de juicio: “¿Cuál es el deseo del analista? ¿Qué ha de ser el deseo del analista para que opere de manera correcta?” [1]
Podríamos decir que esto es lo esencial: el deseo del analista como operador de la experiencia analítica que se articula al sujeto supuesto saber que permitiría que, por medio de la palabra, resuene algo del sentido desconocido. Se trata de alojar al síntoma bajo transferencia, pero la transferencia necesita de algo más: el objeto a, que se anuda a la cara de goce puesta en juego de la que el analista hace semblante de objeto.
Lacan dice que para hacer las veces del objeto a, para ser semblante de él, “hay que estar dotado”.[2] Estar bien dotado implica tener las cualidades o condiciones necesarias para realizar una actividad, no se trata de eso. Hacer semblante de objeto es lo difícil porque no es que se soporte sin más. Se trataría de articular la posición del analista con la posición femenina, es la orientación que da Lacan. Para que se entienda explica que si la mujer llega a ser el objeto a del hombre, eso no quiere decir en lo absoluto que le guste serlo.
Hacer semblante de objeto permite que la reducción de los dichos del analizante conduzca a un más allá del tapón del fantasma para llegar a la cara real del objeto. Síntoma y fantasma definen el modo de gozar de cada uno enlazado al Otro. La travesía del fantasma también supone una salida del inconsciente transferencial. Y esto solo surge sobre el fondo de una soledad del sujeto, que no es la soledad neurótica sino la de la identificación al sinthome. Se necesita la presencia encarnada y dotada del analista que soporte la opacidad del goce para que, por medio del acto, tenga un efecto sobre lo real.
NOTAS
- Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 17.
- Lacan, J., “La tercera”, Lacaniana N° 18, Publicación de la Escuela de la Orientación Lacaniana, Grama, Buenos Aires, 2015, p. 15.