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Martha Carolina Forero T.

El acto analítico: ¿Cómo entender que pueda transmitirse?

Para Miller [1] el acto analítico introduce la certeza, en el acto el sujeto realiza su certeza de su programa de goce y se libera de los efectos del significante, lo que le permitirá saber hacer con ello.

A partir del acto el sujeto localiza, hace visible, su modo singular de gozar y es por ello que puede decir “algo” en torno a lo que antes estaba cubierto por lo que no cesa de no escribirse de lo pulsional. El acto, que viene de la contingencia, de la sorpreza, tendra un efecto contundente sobre el sujeto, al punto que Miller advierte “es un sujeto quien hace el acto, pero sólo hay acto si ese acto lo cambia, si no es el mismo después”… “es el acto lo que resuelve la indeterminación del sujeto”[2]

María Cristina Giraldo[3] explora la relación entre el acto y la pulsión, “mientras que el síntoma y el fantasma le dan consistencia al programa de goce, el acto se la quita, lo vuelve más visible y permite construir una nueva versión del Otro.

Así las cosas, entra en semejante odisea la figura del analista, en tanto “es el analista quien hace el acto analítico” pero a condición de que “en el acto analítico el analista no es sujeto”[4].

Lacan en 1967, nos ubica en la seriedad de la tarea y va a vincular directamente el acto analítico con la formación del analista y con el Pase.

Desprendiéndolo de toda ilusión de identificaciones o infatuaciones, en tanto el acto analítico no se trata de otra cosa que dejarse ocupar el lugar del objeto a para el analizante, dice Lacan: “El psicoanalísta se hace de objeto a. Se hace, entiendase se hace producir; de objeto a, con objeto a”.[5] Si bien es una campaña épica, Miller retomando a Lacan nos advierte “el analista no es un héroe, es lo que queda de un héroe”[6]

Ese lugar que sólo se puede ocupar desde la certeza misma que el paso de analizante a analista deja y sus efectos en el esclarecimiento del propio programa de goce, del ubicar lo singular del propio deseo de analista allí en el punto en que confluye con la particular forma de gozar de cada uno. Desde allí todo esfuerzo de trasmitir del acto analítico en nuestra práctica y en el contexto de la Escuela es en si mismo un acto ético en función de hacer existir el psicoanálisis de orientación Lacaniana a pesar de lo imposible que encierra.

NOTAS

  1. Miller, J.A (2009) “Acto e inconsciente (1984)” en Conferencias Porteñas. Tomo 1. Paidos, Buenos Aires, pag. 167
  2. Op. Cit Pag. 167.
  3. Giraldo, M.C (2016) “El acto analítico ¿Reverso del Trauma?. En Bitácora lacaniana. N° 5 Octubre, Nel. Grama. Argentina
  4. Miller, Op.Cit
  5. Lacan, Jacques (1984) “El Acto psicoanalítico (1967-1968) en Reseñas de enseñanza. Hacia el tercer encuentro del Campo Freudiano. Argentina. Pag. 53
  6. Miller, Op. cit