Del volcán a la criatura nueva

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ANDREINA SOLÓRZANO

El caso nos muestra la diferencia radical que existe entre lo que la condena y la institución carcelaria dice sobre una p.p.l., y lo que él puede decir sobre eso; su vida antes y cómo fue que derivó en esa privación de su libertad. La apuesta del analista entonces es escucharle para que por medio de la palabra se ponga de relieve un sujeto del inconsciente, que hablando éste sea (hablante-ser), eso es lo que se espera, sin embargo, se trabaja con lo que hay.
Para W la invitación a tomar la palabra adquiere un valor especial, principalmente de ordenamiento de lo que no recuerda bien, un signo de la ausencia del sujeto. Me pregunto: ¿Se trató de un encuentro con lo real del llanto? ¿Podemos llamarlo perplejidad o angustia, sea la estructura que sea? Si W se dividió no fue en el sentido de la sujeción al significante, parece más que fue un llanto real como el de un alarido, luego al ser detenido en el suspenso entre matarse o escapar quedó en una coyuntura difícil de resolver, retroactivamente uno puede pensar que no es la primera vez que se plantea matarse o escapar, es una advertencia y al mismo tiempo nos revela la experiencia del encierro.
Desde mi lectura, las entrevistas le permiten armar un recorrido entre el “Dicen que lastimé a una mujer” a decantar en “Sólo sé que era un volcán, si no era ese delito, era otro” (…) “carga, carga y explota”. Sin embargo, no parece la agresividad como el lazo, sino el volcán como la consecuencia de un sin-causa en el mundo, en el sentido del despojo de la madre y la deslocalización del padre; en otras palabras, del despojo del Otro al que le sigue una experiencia de cosificación en la infancia vía los abusos del hogar, incluso de normalización de los abusos. Habría que explorar si se instaló una voluntad de goce que incluye la mirada como sucede con el exhibicionista… No lo sé, trabajemos con lo que hay.
La nominación hecha por Cristo Jesús de una “criatura nueva” parece inscribirse en el orden de una certeza en tiempo presente, antes era un volcán, ahora una criatura nueva que además “ya hizo los cambios y ya está listo para salir a la sociedad”. Comenta Julia, “nombrar fija” entonces tocaría a posteriori valorar la materialidad de esa fijación ¿qué uso podría darle W a “una criatura nueva”? ¿Haría un lazo con eso?
Seguimos advertidos del volcán. Si bien el psicoanalista no hace pronósticos de peligrosidad propiamente, para decirlo en términos actuales: basados en la evidencia, Sí escucha, interpreta y concluye gracias a una ética. En ese sentido ¿Qué tendría el analista en cuenta para decir sobre la reinserción social W? es un joven de 25 años que saldrá en unos 7 años ¿a qué?
Las presentaciones de enfermos o entrevistas clínicas de orientación lacaniana a mi parecer dan una pista sobre cómo concluir, incluso en el trabajo con otros en estos espacios. Además de preguntarles sobre su futuro, Lacan podía hacer algún cálculo sobre los pacientes, por ejemplo, en el caso del Sr. H, un hombre que había participado de un robo, concluía que al salir de la institución no le haría daño a su esposa. O en el caso del Sr. MH un caso de travestismo y transexualidad, concluía con los otros colegas que el paciente lograría operarse (un cambio de sexo) y no encontraría satisfacción en ello. Por ahora, me parece que la escucha de las entrevistas no comporta al otro del despojo ni el del abuso, es una condición importante para W tanto para la transferencia como para el lazo social.

Ciudad de México, 11 de mayo 2023.