Guayaquil – 20 de octubre de 2016
Letras en línea
Cada día está más cerca nuestra II Conversación clínica y es necesario, para su organización, que los que vayan asistir, se inscriban a través de la ficha que en este nuevo número de Letras en línea volvemos a enviar.
Contamos además en esta oportunidad con una pequeña conversación entre Mario Elkin Ramíez y Mónica Pelliza, conversación que gira en torno al concepto de “laminilla” que Mario nos propone como el mito lacaniano y que da cuenta, siguiendo la propuesta de Mónica, del peso de la realidad sexual del inconsciente, la misma que se inscribe en la transferencia.
Buena lectura!!!
Fernando Gómez
Ya enviaste tu ficha de inscripción? No esperes más!!!
La ficha de inscripción es necesaria para poder recibir los materiales clínicos que serán trabajados durante la conversación. Se deben de llenar los datos y enviarlos a:
Fernando Gómez: fernandogomezsmith@gmail.com
Elida Ganoza: elidaganoza@gmail.com
Ficha de inscripción para II Conversación Clínica y para Seminario INES
Nombre y Apellidos: …………………………………………………………………..
E-mail: ……………………………………………………………………………… ………..
Miembro O Asociado O Alumno o ex alumno del CID O
Sede o Delegación:………………………………………………. ……………………
Está inscrito en el CID: ……………………………………………………………….
Costo
Marcar con un aspa (X) en que espacio se va escribir:
– Solamente Seminario de Formación del INES (USD 30.00) O
– Solamente II Conversación Clínica (USD 30.00) O
– Seminario del INES y II Conversación Clínica (USD 40.00) O
El pago se puede realizar en la Sede con el tesorero correspondiente o los días 19 y 20 de octubre en Guayaquil, en los momentos previos al Seminario y a la Conversación Clínica.
Graciela Brodsky: “En el Seminario 10 Lacan introduce el objeto a en la transferencia articulado a la función del agujero. Es un agujero que no se reduce por el significante.
Esa pequeña pieza faltante es el objeto a, y es con ella que tenemos que vérnoslas en cierto nivel del manejo de la transferencia. “Es el objeto que cual laminilla se mete en el consultorio y salta sobre el analista”[1]
Fernando Gómez: Nos gustaría si pudieras comentar esta cita de Graciela Brodsky tratando de formular, al final del mismo, las interrogantes que te suscita, las mismas que servirán de posta para la intervención de Mónica Pelliza. La idea es establecer, a partir de la cita, un pequeño diálogo.
Mario Elkin Ramírez: En El Seminario Nuevas Inquisiciones Clínicas que hizo Jacques Alain Miller en Caracas le manifestaba que el matema de la transferencia en el que un sujeto se dirigía a un significante cualquiera para permitir el despliegue de la cadena significante, me parecía cojo. Por cuanto tenía de un lado dos elementos y del otro solo uno.
Le sugería, en la época, que debajo del significante cualquiera debería ubicarse el objeto (a), pues en la transferencia no solo se jugaba la dimensión del significante, sino que también había pasiones de transferencia y objetos de goce puestos, transferidos sobre el analista.
Un ejemplo de ello lo encontraba en el caso Dora, cuando la adolescente Ida Bauer, fumadora ella misma, como su padre y el señor K, suponía en Freud también el goce de un objeto oral, y con ello encontraba una resonancia fantasmática en ese modo de satisfacción que en su singularidad fantasmática involucraba un escenario en el que ella satisfacía a la señora K, en uncunnilingus, y que tenía por corolario en su historia, el más antiguo recuerdo infantil e inocente en el cual chupaba su índice mientras tironeaba el lóbulo de la oreja de su hermano menor, el luego gran socialista Otto Bauer.
Es justamente el punto señalado por Graciela Brodsky en el cual, “Es el objeto que cual laminilla se mete en el consultorio y salta sobre el analista”, pues la laminilla es el mito lacaniano, de ese órgano que es la libido y que de manera muda establece debajo del supuesto sujeto saber en el analista, un objeto supuesto del cual se goza.
He ahí el planteamiento inicial para una discusión. La pregunta que plantearía a Mónica sería: ¿Podrías tal vez explicar, en este contexto, la teoría de la laminilla, cuál es su incidencia en la transferencia?
Mónica Pelliza En el Seminario 11, Lacan introduce este concepto: “La laminilla es una cosa extra plana que se desplaza como la amiba”.[2] Los objetos sexuales no son más que sus representantes, sus figuras. Pecho, placenta, etc., representan lo que el individuo pierde al nacer, sirve para simbolizar los objetos perdidos.
La figura de la laminilla hace referencia a una sustancia pegajosa, adherente que se cuela y se introduce saltando sobre el analista justamente: el analista se presta encarnando el semblante de objeto y a la vez, indica la dirección de la cura introduciendo la idea de separación. La laminilla es como la amiba, inmortal. “Sobrevive a todas las divisiones, porque subsiste a todas las intervenciones escisíparas, y su carrera no se detiene[3]”. Es inquietante dice Lacan. Es la libido.
Esta libido pegajosa, adherente es la que se sustrae al viviente por estar sometido al ciclo sexual y de allí derivan sus representantes, los objetos de la pulsión.
Me parece importante retomar el Seminario 11 donde Lacan plantea que la presencia del analista es una manifestación del inconsciente. Afirma que el peso de la realidad de sexual se inscribe en la transferencia. Tomando la figura topológica del ocho interior la libido pareciera situarse como punto de intersección entre el inconsciente y la realidad sexual. Pero “este sector en el que parece que los campos se recubren uno a otro es…un vacío.[4]”
La libido, articulada al objeto, es la que ciñe a este vacío. En un análisis se busca traer la pulsión a la escena analítica, en la cual el analista hace semblante del objeto causa. La presencia del analista se presta a que bajo transferencia la pulsión dibuje su circuito. Se trata del “deseo del analista que sirve de soporte del objeto a, como separador[5]”, continúa Lacan en el Seminario 11. Permite separar el ideal del objeto, e ir más allá de la demanda y del amor.
La transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente: pone en acto a la pulsión. La pulsión no pide, es silenciosa se impone al otro: ser visto, ser oído. El otro en cuestión tiene que encarnarse, ya que la pulsión trata de obtener del otro una satisfacción. La pulsión pasa a ocupar el corazón de la trasferencia. En la obra citada Lacan afirma que la relación con el Otro hacer surgir lo que representa la laminilla, la relación del sujeto viviente con lo que pierde por tener que pasar por el ciclo sexual para reproducirse.
Retomo una anécdota que comenta V. Palomera a propósito de una interpretación de Freud, que indudablemente apunta a un más allá del significante y del inconsciente transferencial estableciendo un corte. Le puntúa a su paciente Alix Strachey, “no sea tan voraz, ya hay suficiente[6]” cuando quería seguir discutiendo un asunto.
NOTAS
- Brodsky, Graciela. Hic et nunc, en Caldero Nueva Serie # 5. Publicación de la escuela de la Orientación Lacaniana. Buenos Aires, 2008. Pág. 43
- Lacan, J. El seminario libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Editorial Paidós, Buenos Aires 1986.pág. 162 -163
- Lacan, J. El seminario libro 11. Pág. 204
- Ibíd. 206
- Ibíd. 207
- http://icf-granada.net/2012-04-04-08-30-57/puntos-vivos/116-puntos-vivos-del-seminario-xi-de-jacques-lacan
Responsables del Boletín Letras en línea
- Susana Dicker
- Claudia Velásquez
- Fernando Gómez