Con un deseo decidido nos hemos venido preparando para nuestro seminario, en Sao Paulo nos espera un arduo trabajo sobre La equivocación del sujeto supuesto saber, trabajo que estará animado por Luis Tudanca, pero en el que se espera podamos participar activamente.
Contamos hoy con la contribución de José Fernando Velásquez, una reseña sobre “La equivocación del sujeto supuesto saber” y “La Lógica del fantasma”, comentada por Luis Tudanca. El próximo domingo estaremos enviando el último Correo de este ciclo de preparación.
Buena lectura!
“LA EQUIVOCACIÓN DEL SUJETO SUPUESTO SABER” Y “LA LÓGICA DEL FANTASMA” (reseña).
José Fernando Velásquez
Puntos afines entre los dos textos.
Primero: la estructura del fantasma, así como el agente del discurso del inconsciente, son ambos “movimientos”[1] del inconsciente cuya función es “borrar al sujeto” porque capturan la existencia y operan como axiomáticas, como actos, pensamientos, conductas en los que se vela al mismo sujeto: “El sujeto es subvertido” por el objeto de la representación para “enmascararse con ella”.[2] En el fantasma, el sujeto aparece haciendo díada del objeto causa de deseo. En el inconsciente, hace pareja con un otro significante para el cual él se representa con un significante.
Entonces, en lo que dice sintiéndose Amo de su ser, el sujeto es díada y “toma el engaño de su verdad misma.” [3] “El orden de indeterminación que constituye la relación del sujeto con un saber que lo sobrepasa resulta, podemos decir, de nuestra práctica, que lo implica en tanto ella es interpretativa”[4]. Al final, “Nihil”, el parlêtre se encuentra con una nada en sus manos, que nos advierte sobre el valor de tantas certezas que hacen impase tanto a la experiencia como a la teoría psicoanalítica, las que provienen del SSS. El inconsciente es un saber que desorienta con la representación que ocurre bajo transferencia, es decir bajo el comando del SSS.
Segundo: Lacan se guía por “el espíritu de Occam”[5] . No redobla una hipótesis, es decir, siempre opta por una explicación en términos del menor número posible de causas, factores o variables. No hay que buscar en la imaginería de sentido sino en la manera como el parlêtre opera con lo real. Y, nos orienta: “no hay otra entrada del sujeto en lo real que no sea el fantasma”[6] . Es preciso al clínico, no errar la función del fantasma: le hará experimentar el lugar de real que él representa para el inconsciente del sujeto; así se evidencia cómo es que el sujeto se dedica a sustentar el deseo del Otro, en este caso, el psicoanalista, porque la transferencia “infla“[7] el inconsciente, para todos.
Tercero: De ahí la recomendación: “El psicoanalista podría no hacer su sirviente”[8] . ¿Cómo? Cuidándose de la satisfacción que la propia interpretación del SSS provoca bajo transferencia. “Así las piedras con las que tropieza su paciente no son más que los adoquines de sus propias buenas intenciones”[9]. Y más bien, escuchando algo que ahí se dice sin saber. En todo eso que son aparentes certezas, se escucha un decir que se dice sin que se sepa quién lo dice. “Ello habla” “en el sentido en que se dice “eso arde” o “eso desvaría””[10] . El inconsciente se abre, deja ver, dice, pero al mismo momento que lo hace, se cierra para seguir durmiendo. Pero aparecen los actos sintomáticos a través de los cuales “un saber es entregado”[11]: Abarrancamientos del Otro, del cuerpo; cicatrices tegumentales, pedúnculos que se enchufan en sus orificios para hacer oficio de tomacorrientes, artificios ancestrales y técnicos que se trazan en el goce. En todas esas “equivocaciones” (méprise)[12] del cuerpo hablante, allí el hilo es la repetición de un uno: “Lo que fue, repetido, difiere, volviéndose sujeto de reiteración”[13]. Encontramos en esa iteración, la una- equivocación del Ello, el “espolón” que sostiene el nudo que se desliza a lo largo de la frase para asegurar su metonimia indecible”[14].
Cuarto: Es necesario un acto que equivoque al SSS para “clausurar el ciclo por el cual el impasse del sujeto se consuma al revelar su verdad”[15]. La operación durante todo el recorrido analítico de tres fórmulas: “No hay Otro del Otro”, (no hay metalenguaje); “¿por qué no dice lo verdadero de lo verdadero?”; y “no hay transferencia de la transferencia”, deja un producto extraído que es un significante que no representa al sujeto sino a un uno (on) del ser. Un significante “que nombra algo que nunca había sido nombrado, no porque estaba perdido sino porque nunca ha existido, en ese sentido, como significante”.[16]Con él se nombra la metonimia que alcanzó a crear un “falso sinsentido en el imperio preservado de las complicidades de la conciencia”[17]. Fenómeno elemental de la estructura, acontecimiento “hiante”, separado, abierto, porque aquí lo simbólico no aporta la significación o la certeza de sentido, sino el trazo de un encuentro (visual y auditivo) con un objeto que condensa lo más hetero y lo más ominoso. Es un significante que más que decir, “imagina” lo real, crea una imagen-tejido de un real: mancha asemántica, partícula desvinculada del simbólico que sin embargo nombra.
Dos consecuencias. La primera para el psicoanalista: Ese significante es con el que el psicoanalista se iguala a la estructura, lo que lo determina inscrito en lo real. Esa inscripción es lo que define que sea posible su acto. La segunda, para el analizante: Con ese significante se puede hacer a un equívoco nuevo.
NOTAS
- Lacan, J. “La equivocación del Sujeto Supuesto Saber”. En: Otros Escritos. Buenos Aires, Paidós, 2012. P. 353.
- La Equivocación…” p. P. 349.
- Lacan, J. “La lógica del fantasma. Reseña del seminario de 1966-1967”. En: Otros escritos. Buenos Aires, Paidós, 2012. P. 345.
- La Equivocación…” p. P. 354.
- La Equivocación…” p, 351.
- “La lógica del fantasma. P. 346.
- La Equivocación…” p. 350
- “La lógica del fantasma. P. 347.
- La Equivocación…” p. 355
- La Equivocación…” p. 355
- La Equivocación…” p. 356
- La Equivocación…” p. 356
- “La lógica del fantasma. P. 345.
- “La lógica del fantasma. P. 343.
- “La lógica del fantasma. P 344.
- Rômulo Ferreira Da Silva
- “La lógica del fantasma. P. 344.
COMENTARIOS DE LUIS TUDANCA
Comentario sobre “La equivocación del sujeto supuesto saber” y “La lógica del fantasma”
En este texto se reafirma nuestro recorrido, ya próximos al seminario. Repasemos algunas consideraciones que retomaremos.
El sujeto se enmascara en la representación aferrándose al engaño de la verdad. Y sin embargo, en perspectiva, no hay más que encuentro con una nada no sin haber pasado por la imaginería del sentido.
¿Se puede afirmar que la transferencia infla al inconsciente? Lo que es seguro es que, en términos del encuentro con esa nada, en el límite, el análisis produce su propia deflación. (Miller “El ser y el Uno”).
Los actos sintomáticos logran que un saber sea entregado. ¿Cuál es el estatuto de ese saber antes de hablar de inconsciente real?
Ya lo planteamos: el inconsciente es cifra. ¿De qué? De aquello que no tiene cifra, de lo incifrable.
Allí hace su entrada el término mèprise efectivamente cercano, en una primera aproximación, al de acto sintomático.
Resta “el trozo de un encuentro (visual y auditivo) con un objeto que condensa lo hétero y lo ominoso”.
Comisión organizadora
Mauricio Tarrab. Director del INES
Clara María Holguín. Presidente del Comité Consultivo
Gloria María González. Responsable Correo del INES